Pobre rey Túnix! Tantos pollos asados, tantos huevos fritos, tanto chocolate... han podido con él. La dieta y el ejercicio son la única solución para su terrible enfermedad. Pero, con lo perezoso que es.... ¡ya me contaréis! Pimpernela, Gaudeo y el pastor de ovejas conocen un remedio para que se ponga en forma física y cambie de carácter. ¿Queréis saberlo vosotros?
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