Rubios y hermosos, leales o brutales, crueles o magnánimos... Como sucede siempre en la historia, es inútil intentar definir a un pueblo de un modo claro. Los vikingos, llegados del norte a bordo de sus legendarios drakkar, no son una excepción. Al principio fueron un auténtico "castigo del cielo", pero pronto aprendieron a asimilar la cultura de los pueblos, convirtiéndose así en una sabia clase dominante. Y siempre fueron merecedores de respeto y admiración por la energía y la tenacidad con que intentaron penetrar en lo desconocido, llegando a los últimos confines del mundo.
Ver Ficha