Maya no se ve muy agraciada por fuera. Cree que es más interesante por dentro, sobre todo
porque tiene mucho ojo para los negocios. Un día, Maya escucha una conversación entre sus
padres, en la que su padre confiesa a su madre que el negocio va mal. Desde ese momento, Maya empieza a idear un plan que sirva de apoyo económico a su padre: vender a su hermana pequeña, Ashrit, que es la guapa de la familia. Maya confecciona una lista de posibles compradores de su hermana, porque desde el punto de vista de Maya, todos ellos sienten una especial predilección por Ashrit. Pero Maya enseguida se da cuenta de que no es tan fácil vender a su hermana.
Maya le cuenta su plan a su padre, este queda impresionado por el ojo comercial de su hija, pero
le enseña que la familia es mucho más importante que cualquier negocio y que no se debe sacrificar
por nada en el mundo.
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