Todas las mañanas, después de haber desayunado unas tostadas de pan con mantequilla y mermelada, el chocolate caliente y los polvos mágicos, Blas cruza el bosque encantado y se encuentra con sus amigos duendes en la escuela. Durante el recreo, juega con los cochecitos y a saltar conejos. Después de clase, va a casa de su madrina, la giganta, que lo acompaña al zoo. Conoce a todos los animales, pero en su corazón nadie podrá ocupar el lugar de su gato Pamplinas. Por la noche, antes de irse a dormir, Blas todavía tiene ganas de jugar. ¡Buenas noches, Blas! ¡Buenas noches, Pamplinas!
Ver Ficha