Desde principios del siglo XVII, procedentes de una Europa enzarzada en guerras de religiones, muchos colonos se establecen en la lejana América del Norte, donde casi ningún blanco había llegado. A pesar de las incomodidades, quieren sobre todo vivir libres. Nace así una tradición de independencia que lleva a los colonos norteamericanos a rebelarse contra la Corona inglesa y a fundar el primer país nacido ya como una democracia. El sueño generoso de un país "para todos" no es fácil de realizar, y tras un impetuoso crecimiento los Estados Unidos deben afrontar la cruel prueba de una larga guerra civil.
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