¡Martín es un campeón! El mayor de los hermanos Silver compite en un torneo de kárate y se ha clasificado para disputar la final en Japón. Es una oportunidad única para que toda la familia visite el país de los bonsáis, del sushi y... ¡de los samuráis! Aunque más vale que no nos crucemos con uno porque, si está de mal humor, ¡ni el mejor karateka de Fogville podrá salvarnos!
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Queda muy poco para la final del campeonato regional y los Cebolletas van terceros en la clasificación... Los Leones están imparables en la cabeza y la única opción que tienen los chicos de Champignon para llegar a la final es desbancar de la segunda posición a sus viejos compañeros, los Sobresalientes. ¿Quién logrará entrar en la final?
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Greg Heffley y los deportes no encajan. Pero cuando todo este en juego y la pelota este en las manos de Greg, ¿estará a la altura de las circunstancias? ¿O tirará la toalla antes de tiempo? Tras un día desastroso de competiciones deportivas en el instituto, Greg decide que se retira oficialmente de su carrera como atleta, pero acaba aceptando a regañadientes la sugerencia de su madre de apuntarse a baloncesto. Las pruebas para entrar en el equipo se le dan de pena, y Greg está convencido de que no lo cogerán, pero, contra todo pronóstico, le hacen un hueco en el peor equipo. Cuando Greg y sus compañeros empiezan la temporada, la probabilidad de ganar un solo partido parece baja. Pero en el deporte puede pasar cualquier cosa. Cuando todo este en juego y la pelota este en las manos de Greg, ¿estará a la altura de las circunstancias? ¿O tirará la toalla antes de tiempo?
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Un torneo durísimo, un castillo embrujado, si los Futbolísimos creían que lo habían visto todo, estaban equivocados. Los Futbolísimos, capitaneados por Morley, viajan a Escocia para participar en el mítico torneo de los seis clanes. Tendrán que superar pruebas durísimas con el único fin de conseguir el castillo Mac Leod. Pero ¿qué interés tiene Morley en ese castillo? Y lo que es mucho más inquietante ¿qué extraña presencia se aparece cada noche a los Futbolísmos?
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Nunca olvidaré la primera vez que le vi. Iba vestido completamente de negro, con un 13 en la camiseta, dando patadas a una lata como si fuera un malabarista. Luego pasó lo que pasó: el banquillo, el robo, el descenso... Y aunque el número 13 decía que nos ayudaría, todos sabíamos que podía ser el fin del Soto Alto. Así que hicimos lo que mejor sabemos hacer: sacar nuestro kit de investigadores... y jugar al fútbol. ¡Por algo somos Los Futbolísimos!
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Esta vez mi amigo Metomentodo Squitt me ha vuelto a involucrar en un extraño caso que transcurre nada más y nada menos que ¡durante las Olimpiadas! Mientras retransmitíamos las competiciones, caímos en la cuenta de que había un equipo que ganaba todas las pruebas olímpicas. Y también reparamos en que los atletas de ese equipo se parecían demasiado los unos a los otros.
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El papá de Quique es locutor deportivo. Para él, sacar un sobresaliente en el cole es igual que meter un gol. Por eso le insiste mucho a Quique; quiere que sea un campeón en los estudios, ¡un auténtico goleador! El niño se esfuerza para lograrlo. ¡Pero no es tan fácil! Un día por fin lo consigue y entonces...
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¡Los Cebolletas están que se salen! Han ganado la final del campeonato ante los Tiburones Azules, sus rivales "del alma", y como premio han sido invitados a participar en un torneo de verano ¡en Roma, la ciudad eterna! Tomi y sus amigos se enfrentarán a los mejores equipos de Italia y, ¿quién sabe?, quizá se coronen vencedores...
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Hoy los monstruos salen a correr, pero a Pedro no le apetece, ¿Cómo lo va a hacer? Con sus piernas largas y sus grandes pinreles, ¡Pedro es el más torpe de la clase! Pero cuando su amigo se cae al pozo, ¡necesitarán a alguien especial que lo pueda alcanzar!
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Pronto va a empezar el campeonato regional y los Cebolletas tienen que decidir su alineación titular. ¿Podrá Tomi mantener el número 9? ¿Será Pedro el nuevo líder? Los chicos todavía no están convencidos con la fusión de equipos, así que los místeres Champignon y Walter se enfrentarán al más duro de los retos: trabajar en equipo para dar ejemplo y no defraudar a nadie.
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