En un rinconcito de Alcalá de Henares de cuyo nombre quiero acordarme (pero nada, que no hay manera, justo ahora que lo tenía en la punta de la lengua!...) nació Miguel: escritor y aventurero. Aunque perdió el uso de una mano en la batalla de Lepanto, no era manco a la hora de meterse en fregados. Se las vio con piratas berberiscos, copiones y pulgas que picaban horrores. Y entre pitos y flautas se las arregló para escribir, en dos patadas, un libro cuyo nombre recordaría hasta el más despistado: "el Quijote".

Al joven Mario Lucas le fascinaba el mundo de los astros. En uno de aquellos lugares tan lejanos, en las estrellas Púlsares, estaba más que seguro, habitaban "Los hombrecillos verdes". Estos seres galácticos y pacíficos, que todo lo observaban desde las alturas, bajarían a la Tierra para, así, poner orden entre los humanos. Había que esperarlos. Mario, su hermana Fabiola y don Avelino, el viejo librero, entre otros personajes, serán los encargados de recibirlos. Un nuevo libro de José González Torices repleto de aventuras, prodigios, leyendas sobre el Universo, para "hacer pensar al corazón".

Todas las noches, cuando sus padres los arropan, el caballero sueña con los dragones que comen caballeros.... y el dragón sueña con caballeros que comen dragones.

Los juglares y trovadores de la Edad Media contaron y cantaron las hazañas del Cid. En una época en que musulmanes y cristianos se enfrentaban por conquistar lo que hoy es España, Rodrigo Díaz de Vivar, batallador incansable, se ganó el respeto de todos.

En el lejano país de Avalón, el rey Arturo ha cumplido ya los doscientos cincuenta años. Justo cuando está a punto de echarse una siesta junto al calor del hogar, se le aparece un geniecillo del fuego, que va a truncar sus planes. El geniecillo le propone una misión y el rey Arturo... ¡cabalgará de nuevo!