La bruja Alina de la montaña más pequeña acaba de romper otra vez su escoba. Se ha chocado contra un árbol al aterrizar. Ya está harta de chocarse contra los árboles, así que decide talarlos todos al día siguiente. Todos los animalitos asustados van a hablar con las otras brujas para que no le dejen hacerlo. A la mañana siguiente, Alina se levanta dispuesta a acabar con los árboles. Las otras brujas se lo impiden y le explican las desgracias que eso conllevaría: no habría flores, ni animales, ni frutos... Todas las brujas deciden que lo mejor es enseñarle a Alina a volar y a aterrizar bien. Después de una semana, Alina consigue hacer un vuelo y un aterrizaje perfectos. Los árboles están salvados y Alina ya es feliz otra vez.
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