Josepérez es astronauta vocacional y su esposa, Analópez, es una artista de los colores. Cuando Josepérez termina de construir su nave espacial, decide partir hacia la Luna para cumplir el sueño de recorrerla. Sin embargo, algo falla, y el astronauta llega a un pequeño planeta donde seres diminutos se entretienen con un juego: ensuciarse en charcos de colores. Josepérez les muestra un frasco pintado de rojo que le había dado su esposa. Así, los diminutos descubren ese nuevo color. Josepérez les deja, entonces, esta novedad y vuelve a casa a contar tan extraordinaria aventura.
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