Cuando el Conejo sabihondo se enteró de la suerte que había corrido el Ratón leñador en el fondo del río sintió tanta envidia que quiso conseguir lo mismo. Arrastrado por su orgullo y sin reparar en que ciertos sentimientos y actitudes son únicos e irrepetibles, el conejo se tiró al río tras la muchacha que le prometía matrimonio. Pero cuando alguien llega al reino de las aguas sin ser invitado se le asigna un ataúd. Los peces tienen dispuesto el suyo. ¿Conseguirá este astuto personaje librarse de tan fatídico final?

Los habitantes del bosque reciben una gran noticia: el rey va a ir a visitarlos. No pueden quedar mal. Aunque todavía no lo conocen ni saben de qué animal se trata, tienen que ofrecerle regalos de bienvenida. Seguro que el que le haga un regalo más fabuloso, será nombrado consejero real.

Ricitos de Oro es una niña que viaja en caravana. Un día, entra en casa de los tres osos y lo pone todo patas arriba. Pero los osos, que son muy ordenados, se lo perdonan. Aunque le recuerdan algunas reglas de buen comportamiento...

Rufo se pone guapo, y se pone dos globos en el sombrero. ¿Qué le dirán el resto de los animales?

Sapo se ha sentido raro toda la semana: tiene la cabeza en las nubes, no sabe si está triste o contento y el corazón le late tunk, tunk. Sapo visita a Liebre quien consulta un libro enorme y hace su diagnóstico: "¡Sapo, estás enamorado!".