Esto eran veinte frailes, en un antiguo convento cerquita de Salamanca. Cabeza rapada, barba muy blanca y hábito remendado, caminaban en fila por los inmensos claustros... La irrupción de fray Perico y su borrico va a trastornar la tranquila vida del convento. Esta es una alegre historia, que a veces recuerda el mundo sencillo de las florecillas.
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