El señor Empaste es dentista. En su consulta todo marchaba de maravilla, hasta que un día el encargado del zoológico le pidió un favor muy especial.

El osito lloraba desconsolado porque había perdido su sueño. La jirafa entonces estiró su largo cuello y buscó en el cielo; el caballo viajero recorrió la tierra y la rana se sumergió en el fondo del río... Pero ninguna de las cosas que trajeron, hicieron que el osito dejara de llorar... ¿Con qué sueña un osito rosa? La jirafa le ofreció una bufanda; el caballo, unas herraduras y la rana unas gafas de sol... Pero sin quererlo, cada uno de ellos había estado persiguiendo en realidad sus sueños y no los del osito rosa. Sólo el búho, animal asociado a la sabiduría, se da cuenta del error y le pone remedio. De una manera sencilla y efectiva, Roberto Aliaga nos presenta una historia con la que aprendemos que ser solidarios requiere ponerse en el lugar de los otros y comprenderlos. Hace falta mucho más que buenas intenciones para ayudar a alguien, y el búho, que lo sabe, empieza por preguntarle al osito cuál es su sueño.

Había una vez un valle... y en el valle tres granjas, y en las granjas tres granjeros, símbolo de la glotonería, suciedad y fealdad... y encima del valle había un bosque y en el bosque un árbol enorme y en el árbol un agujero, una madriguera que era el hogar de Don Zorro y su familia. Los granjeros los querían eliminar, pero... ¿quién logrará sobrevivir?

Si queréis conocer a Raúl Pastor, lo encontraréis en el prado con su perro Tapón, su cabra blanca y su cabra negra. Su familia es tan pobre que tuvieron que vender a la oca Lucía, el cerdito Venancio y las ovejas Julita y Pancracia. Un día, Raúl salió en busca del puente con el que soñaba todos los días, donde se veía a sí mismo sonriendo porque sus problemas iban a solucionarse

Todo empezó cuando el topo asomó la cabeza por su madriguera y le cayó en su cabeza aquella (gordo y marrón, que se parecía a una salchicha). De mal humor se dispuso a buscar al culpable.