Es agradable tener parientes. Julián tiene un abuelo genial. De joven era pianista y trabajaba en un barco que iba a América. ¡Es tan divertido escuchar las historias que cuenta! ¿Y la tía Gitta? Con ella hay que tener paciencia, sí. Pero es tan especial...
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Había una vez siete cabritos que vivían felices en una cabaña del bosque con su mamá; pero por los alrededores rondaba un lobo feroz...
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Los siete hermanos chinos... eran seis. Aunque, al principio de esta historia, solo había cinco. Vivían cerca del mar. Nadie podía diferenciarlos, porque eran todos iguales. Para no confundirse, su madre les llamaba Li a todos.
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Alicia Paf es pequeña y siempre se mete en líos, aunque siempre sale airosa de sus fantásticas aventuras. Ella no se sorprende si cae dentro de una página llena de ilustraciones y habla con el lobo, o si cae dentro del tintero, o se mete dentro de una pompa de jabón y tiene que volver a casa... Junto a Alicia es fácil vivir un mundo lleno de fantasía y de imaginación.
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El cerdito más joven no tenía muchas ganas de trabajar e hizo, para resguardarse, una casa de paja. El mediano trabajó más y la hizo de madera, pero el mayor tuvo que trabajar mucho para construir una casa de ladrillo. Y cuando llegó el lobo y sopló y sopló...
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A veces la cena no te gusta y, además, cuando te ayuda algún mayor, se pone plasta con eso de cómete esto, o aquello, ¡Vaya lata! ¿Qué puede haber en este mundo que convierta el latazo de la cena en el momento más divertido del día? ¿Has oído hablar de Mamá Luna? ¿No? Pues mira este cuento.
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Los padres de Malú tienen que irse a casa de una de sus abuelas, que está enferma. Balbina, la otra abuela, se instalará esos días en su casa para cuidar de ella. La niña teme que van a ser unos días muy aburridos, porque a Balbina le encanta tejer colchas y contar viejas historias, pero no le gustan nada la música moderna ni los ordenadores.
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Ana tiene un problema: su madre no sabe su nombre. Cuando la va a levantar por las mañanas, por ejemplo, la llama "mi pollita" o cuando bailan juntas "mi monita", o calabacita, ratoncita, pichoncita... ¡todo menos Ana!
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Narración autobiográfica. La historia comienza en 1966. La familia del autor está formada por sus padres, sus abuelos, dos hermanas mayores y él. Las vidas de todos cambian cuando llega la revolución cultural y a su padre lo deportan para ser reeducado. Entretanto, a él le inculcan la obediencia y el culto a Mao. Un momento crítico se produce cuando muere su abuelo. La historia termina cuando el narrador, ya joven, entra en Pekín para estudiar Bellas Artes.
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Nací en un circo. Mis padres eran trapecistas. Allí me crié sin salir apenas de la carpa. Casi aprendí antes a andar por la cuerda floja que sobre tierra firme. De pequeña era feliz con mis padres... Pero un día mi madre cayó al vacío...
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