Goss es un perro vagabundo. Los perros vagabundos viajan por ahí sin dar explicaciones a nadie. Un buen día, Goss abandona los campos donde había nacido. Quiere acercarse a las estrellas. Piensa que si camina lo suficiente podría ver de cerca alguno de esos puntos luminosos. En su periplo, se encontrará con diferentes gentes a las que preguntará por las estrellas y finalmente conocerá a un niño que le contará sus penas.

Robin tiene un problema con un perro en la playa. El animal se echa encima de él y el chico debe ser hospitalizado. A raíz de este accidente, Robin tiene mucho miedo a los perros. El hecho coincide con la llegada de unos nuevos vecinos, ¡con cuatro hijos y un perro! La tranquilidad de Robin y su madre se ve afectada por los chavales: unos gemelos muy traviesos, una niña cuya máxima ilusión es ser un haba y un chico con la mente distinta a la del resto de los jóvenes de su edad.

Es el primer día de vacaciones. Muy de mañana, Paul sale de casa en busca de aventuras. Pero ¡nunca podría haberse imaginado que se iba a encontrar con un verdadero capitán pirata! Y Paul se convierte en el segundo de a bordo. ¡Su ayudante para preparar el viaje alrededor del mundo!

Se hacía llamar John Buck, porque ése era un magnífico nombre para un pirata, y no Arcadio García, como en realidad se llamaba, porque ése podía ser un buen nombre para un torero, para un fontanero o incluso para un bibliotecario. Pero, desde luego, Arcadio García no era nombre de pirata.

Las princesas pueden ser de muchas maneras. Las hay deportistas, cursis, gruñonas, alegres, osadas... Algunas se juntan y... ¡BUM! Se convierten en dragón. Las Princesas Dragón tienen un problemilla: el dragoncito negro, la mascota de Rosko ¡es un monstruo rabioso! Solo se calma cuando Bamba canta. Y eso es casi peor. Menos mal que topan con una domadora capaz de amaestrar a todos los animales del mundo a cambio de... ¿ cuál será el precio que deban pagar?