Los padres de Anton se han empeñado en que éste asista a una escuela de baile. En ella, además de aprender los elegantes pasos de vals, tendrá por compañera a Melanie, una preciosa morena de grandes ojos verdes. Sin embargo, todo se complica cuando el pequeño vampiro, Anna y Lumpi regresan desde Transilvania, después de haber sido expulsados de la escuela del conde Drácula.

Anton, un chico muy aficionado a las historias de misterio, se encuentra con un vampiro de verdad, llamado Rüdiger, y desde ese momento se ve envuelto en las más sorprendentes aventuras, acompañado por su nuevo amigo.

Anton coincide en la consulta del psicólogo con un extraño paciente: pálido como un cadáver, de ojos hundidos, pelo muy oscuro... Además, despide un fuerte olor a moho. Enseguida comprende que se halla ante un vampiro. Pero ¿qué hace allí un vampiro? Así comienzan para Anton y el pequeño Rüdiger...

Goss es un perro vagabundo. Los perros vagabundos viajan por ahí sin dar explicaciones a nadie. Un buen día, Goss abandona los campos donde había nacido. Quiere acercarse a las estrellas. Piensa que si camina lo suficiente podría ver de cerca alguno de esos puntos luminosos. En su periplo, se encontrará con diferentes gentes a las que preguntará por las estrellas y finalmente conocerá a un niño que le contará sus penas.

Robin tiene un problema con un perro en la playa. El animal se echa encima de él y el chico debe ser hospitalizado. A raíz de este accidente, Robin tiene mucho miedo a los perros. El hecho coincide con la llegada de unos nuevos vecinos, ¡con cuatro hijos y un perro! La tranquilidad de Robin y su madre se ve afectada por los chavales: unos gemelos muy traviesos, una niña cuya máxima ilusión es ser un haba y un chico con la mente distinta a la del resto de los jóvenes de su edad.