En Arás viven Silvia y sus seis abuelos. Las cosas no marchan bien en el pueblo y los abuelos tienen que ir deshaciéndose de sus pertenencias para ir comprando útiles más necesarios. Pero un día, el abuelo Esteban encuentra un anuncio en el periódico, un anuncio que puede cambiar la vida de los habitantes de Arás, como otro anuncio de "La Gaceta de Santa Tecla" la cambió cuarenta años atrás. Aquellos fueron los tiempos gloriosos de la factoría que trajeron los suizos, los tiempos del ingeniero Andreas Gropius, de los inventores Davidson y Prokofiev y sus máquinas numeradas del uno al diez.

Forzado por las circunstancias familiares, Óscar se ve obligado a pasar el verano en casa de su abuelo. Para un chico de ciudad como él, la vida en el pueblo resulta aburrida. Además, su abuelo es un tipo estricto y de pocas palabras. Por si fuera poco, Óscar está agobiado, pues no sabe si sus padres se van a divorciar. Sin duda, este es el verano en el que su vida va a cambiar, para bien o para mal.

Frank se va a vivir con su abuelo cuando se separan sus padres. El fútbol le ayudará a integrarse con rapidez en el nuevo cole.

Sé que mi abuela es un hada. No es invisible, pero a veces me resulta imposible encontrarla. Como todas las hadas, es caprichosa, le molesta el ruido, odia la sal, ¡y tiene los ojos verdes tirando a marrones! Ella siempre trata de ocultarlo, pero hoy, por fin, he encontrado la prueba definitiva...

Ertico es callado, feo y bajito. Se sienta en medio del aula, permanece tranquilo en un rincón durante el recreo, y al terminar las clases se va a casa solo. Todo esto no le gusta nada y para cambiarlo pide ayuda a su abuela. Una abuela que se propone seriamente ayudar a su nieto.