
Pepito y su pandilla tendrán problemas si no le pagan a Don Joaquín, el dueño de la huevería, los destrozos que le ocasionaron en su toldo. La pandilla de Toño no les va a ayudar demasiado. Pero ahí están ellos y su perro Dragón dispuestos a buscar alguna solución. Pero no imaginaban la sorpresa que se iban a llevar.
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