¿Qué harías tú si comprobaras que no te late el corazón? A Seve y sus amigos, tras un accidente en mula, les deja de latir el corazón y creen estar muertos. Son muertos muy extraños: pueden hablar entre ellos, se ven y hasta tienen hambre. Piensan que la gente no puede verlos y se dedican a hacer travesuras a todos los vecinos del pueblo.
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Esto es vergonzoso, inaceptable, increíble! Todas las noches, los fantasmas hacen pillerías en la granja. Y los Malandrines se han unido a ellos. Pero ¿es que no sabéis quiénes son los Malandrines?
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Farid tiene ocho años y no va a la escuela porque trabaja cobrando los billetes del autobús de su padre. Un día, por todas partes, ve aparecer un gato negro: en el mercado, en su casa, entre la gente de la plaza. Trata de atraparlo pero siempre escapa. ¡Que raro, también su madre desaparece de vez en cuando!
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Lo que Fede más desea en este mundo es ser pirata, pero aún le falta mucho para conseguirlo. Antes deberá cumplir ciertos requisitos que considera indispensables: bañarse solo, no tener miedo en la cama, conseguir un loro y, lo más importante, perder una pierna y sustituirla por una pata de palo. Tras la llegada de un nuevo compañero a su clase, comprenderá que no hace falta perder ningún miembro para ser un valiente pirata.
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Federica tiene todos los juguetes que desea, y con ellos vive las más asombrosas aventuras. Hasta que un día, Federica comienza a aburrirse.
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Federica es una joven que vive con su tía Tianna y su gato Gato. La chica, al igual que su tía y el gato, tiene el pelo tan rojo como el fuego. Además, está gorda, y es el blanco de las burlas de sus compañeros de clase. Por eso, Federica no es feliz. Un día, su tía, le confiesa que a ella le pasó lo mismo de joven, y le cuenta cómo se defendía de los chicos que se burlaban de ella. Mediante una especie de conjuro, su pelo ardía, y quemaba a todo aquel que se acercase a ella. Tianna le dice que ella también tiene ese poder. Pero cuando Federica lo usa, las cosas empeoran, y sus compañeros de clase empiezan a dispararle con tirachinas y a tirarle piedras.
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Felipe Marlot lleva tiempo sin trabajar. Para no perder la forma, decide entrenarse siguiendo la pista del primer hombre que llame su atención. Como no es un detective cualquiera puede pasar cualquier cosa.
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Felipe Marlot es un detective privado. Pero la verdad es que las cosas que resuelve son un poco especiales...
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Un nuevo compañero llega a la clase de Félix: Rocce, el hijo de un futbolista brasileño que juega en el Bayern. Todos lo reciben con los brazos abiertos excepto Félix, que lo encuentra de lo más engreído. Pero Rocce convence a cualquiera con su fútbol y, además, quiere jugar como sea con Las Fieras. Sin embargo, su padre, empeñado en que su hijo juegue con el Bayern, le prohíbe que forme parte de un equipo de chavales sin futuro. Las fieras se enfadan pero no se dejan intimidar: fundan un club, diseñan una camiseta y entrenan como locos para... ¡retar al Bayern de Munich!
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A Félix le gusta estar en casa: observar el abedul desde la ventana, construir ciudades de plastilina, jugar con su gato, tocar el acordeón... Pero sus padres no están del todo de acuerdo.
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