Una mañana, en su refugio secreto del encinar, Paula se encuentra con una visita inesperada. No está segura de si se trata de un espíritu, un brujo o un duende, pero Paula sí tiene claro que el anciano que tiene delante, ataviado con una túnica y unas sandalias, no es un anciano como los demás: puede adivinar sus pensamientos y, según dice, tiene la facultad de viajar en el tiempo. En su primera aventura con el Guardián del Tiempo, Paula no se moverá de su pueblo, pero viajará 4500 años hacia el pasado. Allí conocerá a Nan, un joven pastor. Con él, descubrirá cómo vivía la gente a finales del Neolítico y se embarcará en una aventura en busca de un preciado objeto perdido.
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