Víctor Manuel Meier no está contento con su nombre y decide cambiárselo. A partir de ahora se llamará Piruleta, por su gran afición a las piruletas verdes, que tienen un poder especial cuando, después de chuparlas, están transparentes, y mirando a través de ellas se consigue lo que uno quiere.

Una mañana, una joven que jamás había cultivado flores se dio cuenta de que, en su jardín, había nacido una preciosa flor blanca de una planta que ni siquiera sabía que tenía. En este jardín había plantas variadas: algunas tenían pinchos; otras, hojas redondeadas...

El hombre, de manos de dorsos velludos y dedos increíblemente largos y flexibles, preguntó con voz ronca: "¿Miti koro?" Tenía las piernas cortas, los piel de sabe Dios qué animal... ¿Era un humano? Extraterrestre no parecía... ¿Sería un mago? ¡A lo mejor era un mago que les resolvería sus problemas "por arte de magia ", con lo que no tendrían que trabajar ni estudiar!

Un buen día, Potosnáguel conoció a una lagartija que hablaba y componía música. Después, entabló amistad con un ratón que recogía las quejas de las personas y las metía en un saco. Tal vez estás pensando que un niño no puede hablar o jugar con los animales, ni nada por el estilo. Pues bien, ¿por qué no lo compruebas? Seguro que, con un poco de voluntad, tú también podrías ser como Potosnáguel.

Katie piensa que su nueva entrenadora de Educación Física es muy injusta: Como lo único que le importa es «¡GANAR, GANAR, GANAR!», sólo deja correr a los más rápidos en el campeonato de atletismo escolar..., ¡y los demás también quieren participar!