Tono quiere llegar al cielo y llegar a la luna, para ello le pide a una araña que la ayude a llegar...
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Tono quiere llegar al cielo y llegar a la luna, para ello le pide a una araña que la ayude a llegar...
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Tres pequeños cuentos romanceados, que tienen como hilo conductor a una urraca, que guarda en su nido tres objetos que encontró abandonados. Para ella son auténticos tesoros y está tan ufana doña Urraca, que le encanta contar a cualquiera que le pregunte cómo los halló.
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A Raúl le encantan los libros, sobre todo los de aventuras. Lo malo es que él no puede ser como todos esos héroes. ¿o sí?
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Osito pinta un monstruo que le encanta. Decide regalárselo a su abuela y ruega a la Gallina que se lo haga llegar. La abuela agradecida, le envía un beso. Los amigos de Osito se van entregando el beso de la abuela unos a otros, hasta que por fin llega a la mejilla de Osito. Aunque algunos lo hayan aprovechado en el camino...
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Érase un botón que cuando se cayó de la camisa de un niño se puso tan triste que no paraba de llorar, a partir de ese día, fue de un sitio a otro desde caer al lado de un perro, pasar por el intestino de un gato y quedar pegado en la bota de un soldado. Después de tanto trajín acabó en un camino y se hizo amigo de un guisante que era muy parlanchín, se hicieron amigos y cuando en primavera el guisante germinó, dio una planta de flores rosadas. El botón trató de imitarle, se estiró y salió la primera planta botonera del mundo con hojas blancas y cuatro puntitos negros. A partir de ese día ya no hay más botones solitarios que lloran por estar solos.
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¿Sabes que un camaleón puede cambiar de aspecto y de color? Tal vez por eso, la mamá de Vito Camaleón le apuntó a una escuela de gatos, pensando que podía hacerse pasar por uno de ellos. Según ella, los gatos son más elegantes que los camaleones... ¡Pobre Vito Camaleón!
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Una mañana de abril una tormenta gruñona deja un charco azul en el suelo después del chaparrón. Al poco rato empiezan a pasar por allí distintos personajes.
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En el País de los Cuentos viven cuentos de todos los tipos y formas, y también los mini-mini-cuentos. Ésta es la historia de uno de esos mini-mini-cuentos. En realidad, del más pequeño de todos ellos.
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El culete regordete de César Pompeyo está harto de recibir tantos azotes. Por eso, un día el culete se marcha y el niño se queda sin culete. Y, por supuesto, estar sin culete origina situaciones un poco complicadas y César lo pasa muy mal.
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Cotidianidad y realismo, relaciones entre adultos y niños, escuela y familia, colaboración, esfuerzo y afán de superación.
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